(c) Mi Tractatus CXXVII
Dentro de la lógica de programación, las proposiciones no pueden llevar argumentos porque un hecho así no tiene sentido. Un argumento dentro de una función, tiene un objeto, una finalidad que no es otra que realizar una tarea optimizando el código y la eficacia del hardware que solamente tiene que leer una vez un mismo código que es llamado desde distintos lugares dentro del programa. Un programa para sumar solicitará mecánicamente distintos números hasta que pulsemos el símbolo =. Introducir palabras dentro de esta rutina no tiene sentido, excepto para construir algún tipo de código secreto. El programa suma cada valor asignándolo a una variable, posiblemente llamada suma$, por lo que suma$ es igual a suma$ más el valor que introducimos de nuevo. Técnicamente sería así
suma$=suma$+ nuevovalor$
Desde una perspectiva de lógica formal o matemática, esta expresión carece de sentido y la única solución sería establecer la variable llamada nuevovalor$ como igual a cero. Sin embargo, dentro de la lógica binaria, suma$ al lado izquierdo es el nuevo valor que adquiere la suma total y suma$ al lado derecho es el valor anterior de la suma total. Dentro de las variables no se especifica de ningún modo este hecho ya que la variable que almacena la suma total es siempre suma$. Las variables cambian de valor y las funciones se convierten en rutinas, desvinculadas de la lógica matemática. Una rutina es un programa que se repite con cierta regularidad. No sería lógico dar un nombre distinto a cada número pulsado sino que se asigna directamente a la variable suma$. Si pulsamos el número 5, el programa hará lo siguiente
suma$=5
si a continuación pulsamos el número 7, el programa llamará a la rutina suma anterior y ejecutará el código
suma$=suma$+7
El programa ha almacenado suma$ como igual a 5, lo cual transforma la variable suma$ en 12. Ahora podemos entender la tentación de los lógicos del siglo pasado de utilizar la expresión a=a. Existe un antes y un después de la variable suma$. El espacio lógico de la variable suma$, es invariable y el código está condicionado a un espacio lógico dentro del hardware.
"Igualmente querría expresarse no hay cosas, mediante no E x, x=x. Pero incluso siendo ésto una proposición ¿ acaso no sería verdadera si hubiera cosas si, pero cosas que no fueran idénticas a sí mismas ?" 5.5352 Toda cosa es igual a sí misma es una proposición escrita por Aristóteles, llamada principio de identidad con dos sentidos, un lógico como p pertenece a p, o de p se sigue p y otro de sentido ontológico. Dentro del mundo de la lógica matemática x=x representa una propiedad reflexiva de los elementos de un conjunto. Cada elemento es idéntico a sí mismo. W. se plantea desde una perspectiva lógica explicar expresiones sencillas y complejas como 1+2=3, S=I o p=mv. El lado derecho es igual que el lado izquierdo aunque los signos no son los mismos. El origen y el destino de un elemento bajo una propiedad reflexiva, coinciden.
Doy por finalizada esta entrada. 12/04/2018
Dentro de la lógica de programación, las proposiciones no pueden llevar argumentos porque un hecho así no tiene sentido. Un argumento dentro de una función, tiene un objeto, una finalidad que no es otra que realizar una tarea optimizando el código y la eficacia del hardware que solamente tiene que leer una vez un mismo código que es llamado desde distintos lugares dentro del programa. Un programa para sumar solicitará mecánicamente distintos números hasta que pulsemos el símbolo =. Introducir palabras dentro de esta rutina no tiene sentido, excepto para construir algún tipo de código secreto. El programa suma cada valor asignándolo a una variable, posiblemente llamada suma$, por lo que suma$ es igual a suma$ más el valor que introducimos de nuevo. Técnicamente sería así
suma$=suma$+ nuevovalor$
Desde una perspectiva de lógica formal o matemática, esta expresión carece de sentido y la única solución sería establecer la variable llamada nuevovalor$ como igual a cero. Sin embargo, dentro de la lógica binaria, suma$ al lado izquierdo es el nuevo valor que adquiere la suma total y suma$ al lado derecho es el valor anterior de la suma total. Dentro de las variables no se especifica de ningún modo este hecho ya que la variable que almacena la suma total es siempre suma$. Las variables cambian de valor y las funciones se convierten en rutinas, desvinculadas de la lógica matemática. Una rutina es un programa que se repite con cierta regularidad. No sería lógico dar un nombre distinto a cada número pulsado sino que se asigna directamente a la variable suma$. Si pulsamos el número 5, el programa hará lo siguiente
suma$=5
si a continuación pulsamos el número 7, el programa llamará a la rutina suma anterior y ejecutará el código
suma$=suma$+7
El programa ha almacenado suma$ como igual a 5, lo cual transforma la variable suma$ en 12. Ahora podemos entender la tentación de los lógicos del siglo pasado de utilizar la expresión a=a. Existe un antes y un después de la variable suma$. El espacio lógico de la variable suma$, es invariable y el código está condicionado a un espacio lógico dentro del hardware.
"Igualmente querría expresarse no hay cosas, mediante no E x, x=x. Pero incluso siendo ésto una proposición ¿ acaso no sería verdadera si hubiera cosas si, pero cosas que no fueran idénticas a sí mismas ?" 5.5352 Toda cosa es igual a sí misma es una proposición escrita por Aristóteles, llamada principio de identidad con dos sentidos, un lógico como p pertenece a p, o de p se sigue p y otro de sentido ontológico. Dentro del mundo de la lógica matemática x=x representa una propiedad reflexiva de los elementos de un conjunto. Cada elemento es idéntico a sí mismo. W. se plantea desde una perspectiva lógica explicar expresiones sencillas y complejas como 1+2=3, S=I o p=mv. El lado derecho es igual que el lado izquierdo aunque los signos no son los mismos. El origen y el destino de un elemento bajo una propiedad reflexiva, coinciden.
Doy por finalizada esta entrada. 12/04/2018
Comentarios
Publicar un comentario